Videojuegos en el aula

3 may 2010

Las aplicaciones didácticas que brindan los videojuegos permiten desarrollar diversas habilidades y fomentar la adquisición de valores.

Se sabe que los avances tecnológicos provocan, por igual, recelos y expectativas en toda sociedad, que los recibe tan expectante como desconfiada. Ocurrió, por ejemplo, con la televisión, un rectángulo al que le costó abandonar el rótulo de ‘caja tonta’ a medida que se extendían sus características de espacio apto para el ocio formativo.

Los videojuegos, en cambio, aún parecen transitar esa primera etapa de aceptación social. Niños y adolescentes, por supuesto, ya se han entregado por completo al mundo dinámico y cada vez más complejo de los juegos de ordenadores. Gran parte de los adultos, sin embargo, cree que estos juegos apartan a los jóvenes del estudio, contribuyen a la dispersión, crean dependencia y hasta pueden llegar a generar convulsiones por la rápida sucesión de imágenes.

Prejuicios, fuera

La European Schoolnet, la red que engloba a veinte Ministerios de Educación comunitarios, ha analizado en un estudio las ventajas y desventajas de la utilización de juegos de ordenador en los centros educativos. El análisis de los expertos parte de una premisa clara: en una sociedad multimedia, hiperconectada y digital, las clases no pueden limitarse a un docente con una tiza frente a la pizarra.

Un primer paso para acercarse a los videojuegos desde la educación requiere en todo caso derribar mitos y prejuicios. En lugar de pensar que estos juegos suponen una pérdida de tiempo, ¿por qué no reconocer que representan un acceso directo a la cultura de la informática? ¿Cuánto hay de cierto en la supuesta banalización de la violencia que promueven los videojuegos?

Los autores del informe How are digital games used in schools? afirman que no está demostrado empíricamente que los juegos de ordenador generen necesariamente agresividad. Ningún estudio ha comprobado que la violencia vivida en el entorno virtual se transfiera de forma directa a un comportamiento violento posterior en el mundo físico. Es importante reconocer, de todas maneras, que no todos los videojuegos son iguales, pero incluso aquellos que llegan a exaltar la violencia equiparándola a un entretenimiento gratuito pueden ser aprovechados, por ejemplo, para fomentar un debate en profundidad sobre los valores.

Construir conocimiento

Esto nos lleva a considerar la importancia del entorno para que el videojuego tenga utilidad didáctica. El niño o adolescente no tiene entre sus principales objetivos saber si aprenderá o no con un videojuego: es el docente quien debe orientar el juego y enfocar sus acciones de modo tal que el alumno sea consciente de lo que está aprendiendo al jugar. Con la guía adecuada, el jugador puede ser un sujeto activo en la construcción del conocimiento.

Los videojuegos, en definitiva, cuentan con un amplio potencial didáctico que debe de ser aprovechado en las distintas instancias del sistema educativo. Aprender sobre la resolución de problemas a partir de relaciones causa-efecto, desarrollar la capacidad de síntesis, elaborar estrategias para el cumplimiento de objetivos, tomar decisiones en base a la información disponible, comprender diversas notaciones simbólicas y asimilar reglas y procesos son algunas de las acciones inherentes al simple hecho de jugar con el ordenador. Quizá haya llegado la hora de romper mitos y prejuicios y reconocer que los videojuegos, en tanto actividad lúdica, cuentan con un potencial didáctico aún por explorar en nuestras aulas.

Más información:
Videojuegos en el aula (un completo manual para docentes en el que además se incluye un listado de Sitios web de videojuegos) (en pdf).
Aprendiendo con los videojuegos (experiencias).

Fuente: http://www.losmilagros.es

3 comentarios:

A mi humilde criterio los videojuegos pueden fomentar cosas muy interesantes, como desarrollo de la creatividad, afición por nuevos temas que desconozca, hasta el desarrollo lógico cuando jugamos a cosas que nos hagan trabajar la cabeza. Y no es nuevo que todos los chicos que empiezan con juegos de futbol luego se vuelven aficionados al deporte en la realidad. Yo lo veo positivo en todo aspecto.

Indudablemente tienen aspectos muy positivos siempre y cuando no les impida mantener realizar otros juegos y relacionarse.
Bss

Efectivamente y como en todo... en su justa medida :)