Dicen
que a Caperucita,
se
le perdió los pasteles
y
de tanto llorar por ellos,
dejó
mojados los manteles.
Dicen
que no fue al bosque,
que
fue a dar con el mar
porque
no cesaba de llorar.
Que
el lobo lo fue siguiendo,
que
no era una bestia feroz,
eso
lo dicen ahora,
ya
se ha corrido la voz.
Que
la abuela no estaba enferma,
que
en el bosque no vivía
y
que la niña Caperucita,
es
hija de la fantasía.
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