Tenemos un amor incondicional a nuestros hijos, lo entregamos de forma instintiva, sin condiciones. Relegamos nuestro tiempo personal en pos de ellos, para cuidarlos, enseñarlos, amarlos....
Pero nosotros fuimos también niños, y quizá ahora, esa persona que ya no es tan joven, que a veces se siente confusa, aturdida, desorientada. Que no recuerda bien cómo hacer las cosas o le tiemblan las manos al hacerlas... necesite que le sea devuelta parte del amor incondicional que entregó.
Nuestros mayores
Oct 27, 2009
Labels:
Alzheimer,
Escuela de padres,
Inteligencia Emocional,
Parkinson
Share on Twitter, Facebook, Delicious, Digg, Reddit Email This BlogThis! Share to X Share to Facebook
Share on Twitter, Facebook, Delicious, Digg, Reddit Email This BlogThis! Share to X Share to Facebook
Subscribe to:
Post Comments (Atom)




0 comments:
Post a Comment